¿Qué se juega López Obrador en comicios de junio?

Por María Verza

AP. Ciudad de México. 31 de mayo de 2021. México se prepara para unas elecciones de medio mandato el 6 de junio en las que el presidente Andrés Manuel López Obrador se juega la posibilidad de mantener una cómoda mayoría parlamentaria con la cual acelerar lo que él llama la “cuarta transformación”, una regeneración del país, según sus seguidores, o un salto hacia el autoritarismo, de acuerdo con sus detractores.

Aquí se detallan algunas claves para descifrar lo que puede venir.

¿QUÉ ES LA CUARTA TRANSFORMACIÓN?

Es el nombre que López Obrador dio a los cambios que quería poner en marcha para instalar otra forma de hacer política sin corrupción, privilegios, ni impunidad, dejando atrás el neoliberalismo y poniendo a los pobres por delante. A su juicio, serían tan importante como las otras tres grandes transformaciones de México: la independencia de España, las reformas liberales del siglo XIX y la revolución de principios del XX.

Una abrumadora mayoría le creyó y votó por él en 2018. Ahora el país está dividido casi por igual entre fervientes admiradores y férreos detractores. Las posturas intermedias parecen haber desaparecido.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL CONGRESO PARA LA CUARTA TRANSFORMACIÓN?

El presidente necesita al Parlamento para sacar adelante sus iniciativas y reformas constitucionales. Gracias a su liderazgo carismático, su partido, Morena -una amalgama de políticos de distintas procedencias- consiguió sumar una mayoría en ambas cámaras que no había tenido ningún Ejecutivo federal desde 1997.

Por primera vez en más de 20 años no eran necesarios acuerdos con la oposición. El oficialismo optó por avanzar rápido con la agenda presidencial e impulsó normas que antes de aprobarse ya auguraban problemas, explicó Julio Téllez, investigador del colectivo Buró Parlamentario.

El resultado: muchas leyes están bloqueadas o recurridas en los tribunales pero la mayoría de las propuestas de la Cuarta Transformación (4T) ya son realidad, al menos en el papel.

¿QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES ALIADOS Y DETRATORES DE LA 4T?

La población más desfavorecida sigue siendo el principal apoyo del presidente frente a las clases acomodadas. Sin embargo, diversos intelectuales de izquierda, defensores de derechos humanos, feministas, ecologistas e indígenas que votaron por él ahora son sus críticos y multimillonarios como Carlos Slim o Ricardo Salinas se han convertido en aliados clave.

¿CUÁLES HAN SIDO LAS REFORMAS MÁS SIGNIFICATIVAS?

– La creación de la Guardia Nacional y la institucionalización por ley de una mayor participación de las fuerzas armadas en la sociedad. El poder fáctico de los militares ahora se ha visibilizado y ampliado: de la lucha contra el crimen organizado han pasado a construir infraestructura, controlar aduanas o repartir medicamentos, una militarización criticada por entidades sociales pero no tanto por la oposición. Sin embargo, la seguridad sigue siendo la gran asignatura pendiente del país, coinciden todos los analistas.

– Se impuso por ley la “austeridad republicana” que redujo gastos excesivos (incluído el sueldo presidencial). Además, cambiaron las reglas en materia energética y de hidrocarburos -un sector que se abrió a la inversión privada en la administración previa- para dar más poder a las empresas del Estado, lo que intranquilizó a los inversores.

– Los programas sociales quedaron garantizados en la constitución y se creó un nuevo sistema público de salud para los más desfavorecidos.

– Se creó una fiscalía federal autónoma -cuyos resultados se verán cuando concluyan grandes casos abiertos por corrupción o abusos a los derechos humanos-, se reformó el Poder Judicial, se ampliaron los delitos para juzgar al presidente y se regularon las consultas populares y la reelección de legisladores.

¿PONE EN PELIGRO LA 4T LOS CONTRAPESOS AL PODER PRESIDENCIAL?

Algunos expertos ven problemática la reforma al Poder Judicial que, entre otras cosas, da más poder a la a Suprema Corte de Justicia y amplía el mandato de su actual presidente, en contra de lo que estipula la constitución. El motivo: como muchas leyes han sido recurridas, será la Corte la que decida sobre su constitucionalidad o no.

Otros consideran que precisamente el hecho de que los tribunales hayan paralizado muchas iniciativas -sobre todo en temas económicos- es síntoma de su independencia.

Entre los pendientes de la 4T está uno de los puntos que más preocupan a los académicos: la reforma de los organismos autónomos como el Instituto Nacional Electoral o el de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. El presidente ha insinuado que podrían desaparecer porque son inútiles pero los expertos los consideran vitales para que haya contrapesos de poder.

Otra señal de alarma, la resumió en una frase Flavia Freidenberg, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México: “Hay una tendencia a limitar el pluralismo” y eso puede bloquear la alternancia política que garantiza la salud de toda democracia.

¿QUÉ VIENE DESPUÉS DEL 6 DE JUNIO?

En las elecciones de medio mandato se renovará la Cámara de Diputados, 30 de los 32 congresos estatales y se elegirán 15 gobernadores además de miles de alcaldes.

Si Morena consigue una amplia mayoría en el Congreso podrá avanzar sin problemas la reforma de los organismos autónomos, cambios en la ley electoral o reformas constitucionales sin necesidad de consensuarlas. Algunos analistas consideran incluso que López Obrador podría aspirar a redactar una nueva constitución, aunque la tradición mexicana ha optado durante décadas por reformar la existente (que data de 1917) en lugar de hacer una nueva.

Si Morena no consigue la mayoría se reforzará el escenario de un líder fuerte con un partido débil en el que la verdadera oposición serán los gobernadores.

Pero al margen de los resultados electorales, un elemento clave será la consulta popular prevista para 2022 en la que los mexicanos dirán si quieren o no que el presidente siga gobernando.

Ese referendo podría poner sobre la mesa la reelección presidencial. La constitución lo impide y el propio López Obrador lo ha descartado muchas veces, pero es el fantasma que la oposición no deja de alimentar.

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