Cómo los republicanos están usando la inmigración en Estados Unidos para movilizar a los votantes

Foto: Ueslei Marcelino / Reuters

Por Joseph Tanfani, Jason Lange y Letitia Stein

Reuters. Indisnapolis, Estados Unidos. 28 de octubre de 2018.- La publicidad comienza avivando el miedo: un hombre que viste una sudadera recorre un callejón con cuchillo en una mano. Su rostro está oculto pero el anuncio deja claro que es un inmigrante ilegal.

«Necesitamos una vigilancia estricta de la inmigración para mantener alejados a delincuentes peligrosos», dice el anuncio de un grupo político conservador, parte de un esfuerzo por ayudar a al candidato republicano Mike Braun a desbancar a un senador demócrata en Indiana y capturar un escaño en las elecciones legislativas de noviembre.

En su intento por mantener el control del Congreso, los candidatos republicanos siguen el ejemplo del presidente Donald Trump y usan la retórica contra los inmigrantes como una táctica para motivar a los votantes.

El alcance del método surge de un examen de Reuters de las compras de anuncios, publicaciones de candidatos en redes sociales, así como docenas de entrevistas con postulantes, votantes y estrategas de campaña.

La tendencia es especialmente clara en Twitter. Los legisladores republicanos que buscan la reelección han aumentado dramáticamente la cantidad de tuits que publican sobre la inmigración desde la elección de Trump, según un análisis de Reuters/Ipsos a redes sociales.(https://tmsnrt.rs/2EIPef5)

Los mensajes sobre inmigración se han extendido en todo el espectro de distritos controlados por los republicanos: donde se disputan escaños en carreras muy peleadas y en los que parecen victorias seguras, en lugares con grandes poblaciones de inmigrantes y en los que hay pocos.

El cambio también se percibe en las campañas publicitarias. Según la revisión de Reuters, en elecciones desde Florida hasta California, en los estados fronterizos y en los que tienen pocos migrantes, los republicanos han invertido millones de dólares en avisos que pintan a los inmigrantes ilegales como criminales y prometen un apoyo entusiasta a un muro fronterizo con México.

Este año, un 20 por ciento de los anuncios a favor del Partido Republicano en las elecciones para el Congreso han mencionado la inmigración, según un análisis de las publicidades emitidas hasta el 15 de octubre. El total representa un aumento frente al 8 por ciento del mismo período en las legislativas de 2014 y al 5 por ciento de las de 2010. El análisis fue realizado para Reuters por Kantar Media/CMAG.

El gasto en anuncios republicanos que mencionan la inmigración se ha más que duplicado a 62,4 millones de dólares este año frente a los comicios de 2014, y se ha cuadruplicado en la comparación con la campaña de 2010, según los datos de Kantar Media/CMAG.

En febrero, cuando Braun competía por la nominación del partido para el escaño en el Senado por Indiana usó una publicidad en la que se mostraba un accidente de tráfico mortal que involucraba a un conductor ebrio que estaba en el país ilegalmente. «Hay vidas en juego», dijo Braun en el anuncio.

En una entrevista con Reuters, el político aseguró que no estaba tratando de demonizar a los inmigrantes, sino que «señalaba que la seguridad de la frontera es importante».

En Indiana, solo el 5 por ciento de los residentes del estado son inmigrantes, frente al 13,6 por ciento en todo Estados Unidos.

Sin embargo, en los últimos dos meses, casi un tercio de los anuncios de televisión patrocinados o parcialmente patrocinados por Braun han mencionado la inmigración, dijo Michael Franz, un director de Wesleyan Media Project, un grupo no partidista que monitoriza la publicidad política televisada.

Trump ganó Indiana por casi 20 puntos porcentuales de diferencia en las elecciones de 2016.

El anuncio del ataque que presenta al inmigrante con un cuchillo fue producido por One Nation, una organización política sin fines de lucro. El portavoz Chris Pack dijo que el grupo trabaja independientemente de las campañas y «apoya firmemente los esfuerzos del presidente y líderes del Congreso para reformar nuestro fallido sistema de inmigración».

Varios anuncios republicanos vinculan a los inmigrantes ilegales con el crimen, pero las estadísticas muestran una realidad con más matices. Si bien han cometido en algunos casos delitos muy vistosos, varios estudios, incluidos de grupos conservadores como el Instituto Cato, han encontrado que la tasa de delitos de los inmigrantes es más baja que la de los nacidos estadounidenses.

El portavoz del Comité del Congreso Nacional Republicano, Matt Gorman, se negó a comentar acerca del mensaje general sobre inmigración, pero dijo que ve beneficios en oponerse a las llamadas ciudades santuario, en su mayoría metrópolis gobernadas por demócratas que ofrecen refugio a inmigrantes ilegales.

«El tema de las ciudades santuario es un tema que hemos usado en varios anuncios de este ciclo. Es un tema potente», dijo. «Es una cosa de sentido común con la que mucha gente está en contra».

Trump ganó la Casa Blanca con la promesa de acabar con los inmigrantes ilegales. Ha intentado terminar con un programa que protegía a los inmigrantes ilegales traídos a Estados Unidos de niños, ordenó una fiscalización más agresiva y detenciones más largas. Una iniciativa para separar a niños de sus padres en la frontera sur provocó un alboroto y tuvo que retirarla en junio.

El gobierno de Trump también ha limitado la inmigración legal, puso más restricciones a las visas de trabajo y ha recortado drásticamente el número de refugiados que acepta.

Un grupo de miles de migrantes que se dirige hacia Estados Unidos desde Centroamérica reavivó el debate sobre la inmigración ilegal a días de que los estadounidenses acudan a las urnas. La caravana enfureció a Trump, que está redoblando esfuerzos para centrar las elecciones del 6 de noviembre en la amenaza que, según él, representan los inmigrantes ilegales para la seguridad.

El tono nacionalista de Trump se hace eco de una creciente animosidad en algunas partes de Europa desde la llegada en 2015 de más de un millón de personas que huían de la guerra y la pobreza en Oriente Medio, África y otros lugares.

Hungría construyó una valla en su frontera con Serbia, y los políticos que se oponen a la inmigración han sacudido al Parlamento de Alemania.

EVOLUCIÓN DRAMÁTICA

La retórica contra la inmigración, los anuncios y los eventos de campaña, sumados a la aceptación en el partido de los planteamientos de Trump, representa una dramática evolución de los republicanos. Los temas contra la inmigración ahora dominan un partido que durante décadas se definió por sus posiciones conservadoras en lo fiscal, social y de seguridad nacional.

En 2013, cuando el Senado aprobó un proyecto de ley de inmigración con apoyo bipartidista, una parte significativa de la reforma fue respaldada por el Partido Republicano, lo que incluía un vía para la ciudadanía para algunas de las 12 millones de personas que viven en Estados Unidos ilegalmente.

Sin embargo, esas voces han sido mayormente silenciadas desde el surgimiento de Trump y sus declaraciones que denuncian una «amnistía para ilegales» y «migración en cadena» para referirse a una política tradicional de Estados Unidos que permite a los inmigrantes legales traer a familiares al país.

La inmigración ahora es percibida por los probables votantes republicanos como el principal problema, especialmente entre aquellos que son mayores y no tienen un título universitario, según los sondeos de Reuters/Ipsos.

El 23 por ciento de los republicanos dijo este mes que la inmigración era el «problema más importante» que enfrenta el país, un aumento frente al 4 por ciento en enero de 2012. Por el contrario, los demócratas están mucho más centrados en la atención médica, según las encuestas.

«La inmigración es literalmente la número uno, y subrayada, en cada encuesta que hacemos», dijo Brandon Moody, consultor republicano en Axiom Strategies que trabaja en la carrera por el Senado de Montana. Moody dice que el tema también sirve como una especie de guiño que demuestra lealtad al programa de Trump.

«LA MAYOR DE LAS AMENAZAS»

El análisis de Reuters/Ipsos muestra que el número de legisladores republicanos que tuitean sobre inmigración ha subido considerablemente desde la llegada de Trump.

Reuters e Ipsos buscaron términos relacionados con la inmigración en tuits de legisladores republicanos que buscan la reelección en noviembre y han publicado activamente desde 2016.

En las 156 cuentas oficiales de Twitter de legisladores republicanos y decenas de miles de tuits, el análisis identificó 1.409 publicaciones en los primeros nueve meses de 2018 que incluían términos y frases relacionadas con la inmigración como «inmigrante», «construir el muro» o «frontera». El aumento fue de casi el 80 por ciento respecto de los mismos meses de 2017 y más del triple que en el mismo período de 2016.

Reuters revisó cada tuit, eliminando aquellos que no estaban relacionados con la inmigración o que eran totalmente críticos con Trump y sus políticas. Los mensajes variaron ampliamente, desde declaraciones que apoyaban las políticas de Trump hasta llamados a construir un muro fronterizo y al mismo tiempo reunir a familias separadas por autoridades fronterizas.

Los tuits variaban en tono. Algunos vinculaban a los inmigrantes con hechos de violencia contra los estadounidenses, como el tuit del representante de Texas Randy Weber el 30 de enero: «El presidente dice que arreglemos la frontera para que las pandillas no puedan entrar y que los estadounidenses no sean asesinados».

El despacho de Weber no quiso hacer comentarios sobre el tuit.

Otros elogiaban la postura dura de Trump. «Las incursiones ilegales bajaron y se restableció el imperio de la ley», escribió Rod Blum, un republicano en Iowa que enfrenta una difícil reelección. Tuiteó sobre inmigración al menos 14 veces entre enero y septiembre, y no respondió a pedidos de comentarios.

Los sondeos de Reuters/Ipsos indican que los legisladores republicanos están, en gran medida, predicando a los conversos: el 77 por ciento de los posibles votantes republicanos en una encuesta del 8 al 17 de septiembre dijeron que apoyaban las políticas para deportar a más inmigrantes ilegales. Un número similar respaldó la construcción de un muro en la frontera sur.

«Trump ha transformado al Partido Republicano en un partido político nacional de sangre y territorio, que es hostil a la inmigración», dijo Steve Schmidt, un exconsultor político republicano.

Schmidt abandonó el partido en junio, en parte debido a la política de separar a madres de niños en la frontera sur. Según él, la creciente población hispana en el país finalmente hará que el tema de la inmigración sea «una sentencia de muerte para el Partido Republicano».

El portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, dijo en un comunicado que Trump apoya un sistema de inmigración que se base en el mérito de los solicitantes y que «no tiene nada que ver con la raza».

HISTORIA DE CONFLICTO

Si bien Trump ha llevado la inmigración al corazón de la identidad partidaria, las raíces de esta transformación comenzaron hace años. En Indiana, los republicanos del estado han hecho un viaje que refleja el del partido nacional.

En 2006, los legisladores republicanos impulsaron un plan en la legislatura estatal que negaría los servicios de salud pública a los inmigrantes que habían ingresado ilegalmente al país. Mike Murphy, un representante republicano de Indianápolis, se levantó para hablar en la legislatura local.

Murphy había trabajado durante mucho tiempo para traer más latinos al partido. Como muchos de los que estaban a favor del proyecto de ley eran cristianos conservadores, Murphy citó los versos del evangelio de Mateo sobre la caridad a los marginados y extraños.

«Simplemente lo volví en contra de ellos. ¿Cómo afirman ustedes que son cristianos?», dijo Murphy.

El proyecto de ley fue derrotado abrumadoramente.

Ese año, Mike Pence, entonces un congresista estadounidense de Indiana, era considerado una estrella conservadora en ascenso. Se involucró con un plan para abrirles a inmigrantes ilegales un camino a fin de alcanzar un estatus legal, aunque dijo que primero tendrían que abandonar el país.

Pence lanzó su plan en términos morales, llamando a la reforma migratoria «una prueba del carácter del movimiento conservador». Fue criticado por los de línea dura, que calificaron el plan de una «amnistía furtiva».

El proyecto de ley no llegó a ninguna parte.

Mientras el movimiento Tea Party de extrema derecha nacía en el Partido Republicano en 2010, el resentimiento hacia la inmigración aumentó en todo el estado. Cuando un nuevo proyecto de ley relacionado con la inmigración llegó a los legisladores de Indiana en 2011, lo aprobaron, otorgando a la policía la autoridad para detener a personas sospechosas de ser inmigrantes ilegales. Un juez federal desechó gran parte de la ley.

«DA MIEDO DE SOLO PENSARLO»

En 2015, Pence, el entonces gobernador de Indiana, firmó una orden que pretendía impedir que refugiados sirios llegaran a Indiana, un presagio de la posterior prohibición de Trump a la inmigración de países mayoritariamente musulmanes. Pence, ahora vicepresidente de Trump, vio su orden revocada por un juez federal de apelaciones.

La portavoz de Pence, Alyssa Farah, dijo que Pence «siempre ha estado a favor de una frontera fuerte, segura, manteniendo el estado de derecho», y que la decisión de Indiana de rechazar a los refugiados sirios era «fundamentalmente diferente» del tema de la inmigración ilegal en el sur.

«Combinar el tema de la inmigración ilegal en nuestra frontera sur con si un estado acepta o no a los refugiados de Siria es comparar manzanas y naranjas», dijo.

Durante la campaña presidencial de 2016, Trump regresó con frecuencia a Indiana. En casi todos los actos proselitistas, golpeó duramente contra la inmigración ilegal, repitiendo que los delitos son cometidos por personas en el país ilegalmente. «Violado, sodomizado y asesinado», dijo en un mitin en South Bend el 2 de mayo de 2016. «Esto es así por todo el país. No lo vamos a tolerar más».

La victoria contundente de Trump en Indiana para la nominación presidencial un día después selló su conquista de un campo republicano abarrotado. Desde el ascenso de Trump, dijo Murphy, se ha vuelto casi imposible tener un debate civil sobre la inmigración.

«Donald Trump hizo que estuviera bien odiar», dijo Murphy, quien aún es republicana pero ya no está en la legislatura estatal. La Casa Blanca se negó a comentar sobre los dichos de Murphy.

En la escasamente poblada Montana, casi el 90 por ciento de la población es blanca y se estima que los inmigrantes ilegales son solo unos pocos miles. La votante Sandy Shumaker dice que desconocía cómo la inmigración ilegal estaba afectando al país antes de escuchar a Trump.

La enfermera jubilada de 70 años dijo que la inmigración es ahora una de sus principales inquietudes. Aunque no recordó ningún anuncio de campaña específico que haya despertado ese sentimiento, se hizo eco de las preocupaciones sobre los inmigrantes ilegales que votaron por los demócratas, como Trump ha afirmado sin pruebas, y que se están aprovechando de los estadounidenses.

Shumaker fue la primera persona en la fila para entrar en un mitin de campaña el mes pasado encabezado por Donald Trump Jr., esperando horas para escucharlo hacer campaña por Matt Rosendale, el republicano que desafía al senador demócrata Jon Tester.

«Las fronteras abiertas dan miedo», dijo Shumaker. «¿Quién sabe qué más está entrando? Drogas, me podría imaginar. No sé, ¿personas del Medio Oriente que no comparten genuinamente nuestros mejores intereses? Da miedo de solo pensarlo».

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