¡AGARRATE ANDRÉS MANUEL! Riqui Riquín Canallín está de regreso

Foto: Especial

Por Arturo Sandoval

“Para los políticos, la honestidad sería no tanto una virtud o un deber, sino un arte, que incluiría también el recurso, sabiamente administrado, de no ser del todo honesto”.David Runciman. La hipocresía política. La máscara del poder, de Hobbes a nuestros días. Madrid, Avarigani, 2018

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de septiembre de 2020.- Le tiemblan las corvas al presidente López Obrador, probablemente para bailar de gusto un zapateo, tradicional de Tabasco, pero sin soltar su cartera. A unas semanas del Halloween, llega Ricardo Anaya a pulverizar aún más el voto de la derecha. Quizás se pone de pechito por tener cola que le pisen, con demandas en proceso; Santiago Nieto lo trae vigilado en su microscopio. Lozoya entregó sobornos por 6.8 millones de pesos a Ricardo Anaya para aprobación de Pacto por México según declaró el ex director de Pemex ante la Fiscalía. El ex joven maravilla dejó de ser un supuesto líder con credibilidad y a menos que traiga apoyo financiero importante, podrá tener algo de penetración en algunos sectores. Sus gestos en el vídeo de su regreso, hablan de  la nula conexión con las masas y quizás con gente de las clases medias. 

¿Quién le apostará al ciudadano Anaya? Acartonado conservador con discurso chocante de político antiguo, es la viva personificación del Bot. Llega en un momento en que el voto femenino es especialmente importante debido a los movimientos feministas y en general de mujeres en contra de la violencia. Muchas a favor de la interrupción del embarazo, otras no, pero todas, absolutamente todas en contra del machismo. Esta solidaridad de mujeres y parte de los hombres en contra del machismo, la violencia contra mujeres y la discriminación, se hace patente con el apoyo del Senado y todos los sectores a la senadora Citlalli Hernández por los insultos en forma de burla del ex diputado del partido Verde, Rodrigo Perezalonso por medio de un tuit. El abogado Perezalonso ya fue despedido de la Universidad Ibero, cuna del movimiento estudiantil #YoSoy132, por ese motivo. Anaya no es alguien que este a favor de estos movimientos, mucho menos con quienes defienden el aborto voluntario. Las nuevas generaciones  no lo tomarán mucho en cuenta, por ser el queretano anti aborto; aunque declara estar a favor del matrimonio igualitario, está contra de la adopción por matrimonios del mismo sexo y hay la duda de su opinión sobre la homofobia. No se cree en una repentina conversión pro LGBTTTI, feminista y se ponga su  pañuelo verde en el cuello. Si ya regresó a la política, tiene que hablar de su posición en estos temas de alta prioridad.

Más del 50% de la población son mujeres en edad de votar, súmele la comunidad LGBTTTI y los heterosexuales a favor de estos movimientos. 

El regreso de Anaya seguramente no les hace ninguna gracia a Javier Corral, a Felipe Calderón (aunque aplauada el regreso) y quizás tampoco a Marcelo Ebrard, con quién puede disputar contactos y apoyos estadounidenses. Ebrard fue destapado por Porfirio Muñoz Ledo como un potencial prospecto de la derecha para aspirar a la presidencia del País en 2024. Si fuera así, la cosa aspiracional para Anaya se pone más roñosa.

Ernesto Ledesma, director de Rompevientos TV, se lanzó a entrevistar a gente del movimiento FRENA, supuestamente instalados en casas de campaña sobre avenida Juárez. La hostilidad fue una característica de los entrevistados, la mayoría de clase media, con  muy deficiente y vergonzante argumentación. Esa es parte de la gente deseada por Ricardo Anaya para representar. Seguidores sin argumentos, sin capacidad de análisis, sin propuesta, al igual que su movimiento; tan huecos como sus casas de campaña. Así buscará incendiar el discurso para incrementar el odio hacia este gobierno legítimo. Aspira liderar a quienes se dejarán usar sólo para beneficio de los muy de arriba y a estos ingenuos les tocará ser víctimas del “Cartel del Cochupo” nuevamente.

Mientras, y por desgracia para la democracia, en Morena hay una lucha interna con desprestigio muto, ya sea directamente entre los competidores por la presidencia de ese esbozo de partido político o con el apoyo de ciertos conductores de noticieros.

NOTA: ¿le gustaría ser voluntario para dormir en una casa de campaña de FRENA? 

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