Medallas vergonzantes
Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro
Por Jesús Yañez Orozco
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de agosto de 2019.- Sin darse cuenta, el presidente de México premia lo que, supuestamente, odia. Un día después, viernes pasado, de que el pasado México llegara a la cifra mágica de las 100 medallas en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, que concluyeron –que se antojaban impensables por la polémica de anticorrupción y política de austeridad desatada ferozmente en torno al deporte nacional–, como bebé con sonaja nueva, Andrés Manuel López Obrador, 66 años de edad, se ufanó del medallero alcanzado por la delegación mexicana.
“Porque”, presumió, “lo están haciendo muy buen”.
Dichas preseas son producto –en buena medida– del “neoliberalismo” que campeó durante 36 años del que mandatario no se cansa de abjurar. Para erradicar su profunda huella constituyó lo que llama La Cuarta Transformación, entelequia, caracterizada por un feroz recorte presupuestal –para, según él, erradicar la rampante corrupción institucional– que afectó también al deporte nacional.
Son medallas de la vergüenza en doble sentido, aunque contradictorio: orgullosos logros, amor propio, de los atletas. Remontaron un mar de adversidad –muchos de ellos los últimos ocho años, pagándose viajes con sus propios recursos, incluso empeñando bienes– y de las que, vergonzante, se colgará la clase política mexicana. Encabezada, eso sí, por el presidente López.
Su pomposo anuncio de otorgamiento de becas es lo que se llama popularmente, “hacer caravana con sombrero ajeno”: se adornara con el dinero de la venta de la casa de un ciudadano mexicano de origen chino, subastada, este domingo, en poco más de 102 millones de pesos.
Así ha sido siempre y así será…
… per saecula saeculorum –por los siglos de los siglos–.
López Obrador tiene una bizarra –Chucho El Roto del siglo XXI– postura binaria de ejercicio del poder, desde que asumió el cargo el 1 de diciembre pasado: héroe de su propia villanía.
México cerró este domingo con la ceremonia de clausura. Llegó a 136 preseas, 37 oro, 36 plata y 63 bronce–. Lejos de las 268 de la aplanadora, Estados Unidos –primero en el medallero–, y Brasil, segundo, con 156.
Eso sí, el Tri Panamericano: mejoró su récord de 133 obtenidas, como anfitrión, en Guadalajara 2011.
La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte tuvo una asignación raquítica de recursos, gracias a las medidas de austeridad republicana del ciudadano López que afectó a los atletas de cara a los Panamericanos de Lima. Apenas recibió mil 519 millones de pesos para 2019, la más pobre en lo que va del presente siglo. Amén de otros 500 millones. De ellos, 350 son para el beisbol –deporte preferido de López Obrador—y 150 destinados al atletismo y boxeo.
Contrasta con los casi ocho mil millones que asignó el entonces presidente Enrique Peña Nieto en 2014, cuando el titular de la Comisión era Jesús Mena Campos, también medallista olímpico.
Mas el deporte nacional se semiparalizó previo a la justa en Lima, se hizo viral en redes sociales y saltó a las primeras planas de los diarios de circulación nacional. Fue cuando la titular de Conade fue objeto de cuatro carpetas de investigación –por presunta corrupción entre ellas–, cinco deportistas desertaron para competir por otros países, el CDOM, anunció su virtual cierre por falta de recursos. Incluso, la ex velocista, por ese motivo, sostuvo una ácida comparecencia ante la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados.
Incluso, los atletas denunciaron tratos discriminatorios por parte de la administración de Guevara. Muchos de ellos externaron su inconformidad en redes sociales. También amenazaron con su inasistencia a la ceremonia de clausura de Lima 2019.
Durante sus ditirambos matutinos del jueves pasado con representantes de medios de información, en Palacio Nacional, y cuando la cuenta para México se mantenía aún en 26 medallas de oro –la titular de la Conade, Ana Guevara, había pronosticado 19 áureas, conservadoramente, al final de la competencia—“Lopitos”, como el ex presidente Vicente Fox llama con sorna al AMLO, resaltó que los deportistas superaron la marca de títulos fuera de territorio mexicano, refiriéndose a la marca de Guadalajara.
“Ya se rompió el récord que se tenía en medallas doradas en competencias fuera del país, es decir, en Panamericanos, que se han celebrado fuera de México. Se tenía un récord de 24 preseas de oro y ya se llevan 26, y todavía faltan estos días, hasta el domingo”.
Y agregó, simbólica sonaja en la mano derecha, con la sonrisa socarrona que lo caracteriza:
“Entonces, están haciendo una muy buena labor, han tenido un buen desempeño los deportistas mexicanos, y por eso van a tener esta recompensa justa”, refiriéndose a las becas que anunció esta semana para los atletas nacionales que participan en la justa.
El martes pasado, el Presidente informó con bombo y platillo que el gobierno federal otorgará apoyos anuales por 240 mil pesos a cada uno de los 544 deportistas que compiten en los Juegos Panamericanos, que multiplicados dan 130 millones 560 mil pesos, superiores a los 102 millones de pesos en que se subastó la casa de Shenli Ye Gon. El gobierno federal –ensus cuentas alegres– preveía obtener, al menos, al menos 150 millones.
Incluso, osado como es él –«perseverante», gusta autodefinirse–, había llamado a los empresarios con “dimensión social” (sic) a participar en la subasta del domingo en Los Pinos, donde se pondrá en venta la casa del chino-mexicano Ye Gon, detenido en 2007, y la cual será el fondo de los recursos para los apoyos a los deportistas
Además, quienes ganen medallas tendrá mayores estímulos: 25 mil pesos por bronce; 35 mil por plata y 40 mil por oro, independientemente de los programas o becas que ya tengan actualmente. Representarán 51 millones de pesos extra, anuales, amén de los 130 millones para la totalidad de la delegación. Total: 181 millones.
“No sólo es adquirir la casa, sino ayudarnos a esta labor. Hay empresarios en México con dimensión social, con dimensión cívica, hay fundaciones que promueven la cultura, el deporte (…) Aquí les vamos a hacer un reconocimiento a los directivos o las personas que nombren”, adelantó.
Puntualizó, ya con la sonaja en los pies:
“Si no quieren asistir y están de acuerdo, nada más dar a conocer qué empresa, qué fundación o qué persona fue la que adquirió la casa para que quede constancia de su apoyo y de su solidaridad con el deporte”.
Característica de la austeridad republicana desde el 1 de diciembre pasado: desorden al caos.
Pobre deporte nacional… pobre país.
Pobre periodista el que escribe está nota, tendenciosa y prejuiciosa, con referencias de tan bajo nivel, Vicente Fox, pobrecito, no voy a recordar el nombre de este pobre periodista.
Qué mal escrito está este artículo y qué sarta de tonterías dice! Empezando porque las preseas son producto del neoliberalismo! Por Dios! Muy a pesar del neoliberalismo las medallas son resultado del esfuerzo de los atletas y de sus familias!
Se puede no estar de acuerdo con una opinión periodística pero hay niveles…