¿El amor y la amistad se acaban?

Por Carlos Lara Moreno

AMEXI. Ciudad de México. 14 de febrero de 2025.- El amor y la amistad son dos de los vínculos más significativos en la vida de cualquier persona.

Sin embargo, cuando estas relaciones llegan a su fin, el impacto emocional puede ser profundo y transformador.

En el marco del Día del Amor y la Amistad, conversamos en la Agencia Mexicana de Información (AMEXI) con la tanatóloga Blanca Fernández González sobre cómo enfrentar la pérdida de una relación y aprender a resignificar el amor desde la perspectiva del duelo emocional.

Cuando una relación termina: ¿Cómo enfrentar la pérdida?

“La ruptura de una relación, ya sea amorosa o amistosa, implica un proceso de duelo”, explica Blanca Fernández a la AMEXI.

“Cuando terminamos un vínculo significativo, nos enfrentamos a la pérdida de aquello que construimos con la otra persona. No es solo la ausencia física, sino la despedida de expectativas, planes y emociones compartidas”.

“Cuando el amor termina, entre comillas, podemos trabajar en transformar ese amor. Lo mismo sucede con la amistad: al terminar una relación de años, se vive un proceso doloroso que conlleva una gran carga emocional”.

Cada persona experimenta este proceso de manera diferente, influenciada por factores como la duración de la relación, la causa de la separación y la personalidad de cada individuo.

“No hay una fórmula mágica para superar una ruptura”, señala la experta.

“Algunas personas logran resignificar el amor en semanas o meses, mientras que para otras puede llevar años. Lo importante es permitirse sentir y trabajar en la transformación de ese vínculo”.

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Qué hacer cuándo una relación amorosa y de amistad termina, cómo manejar las emociones ante una situación de ruptura.
Qué hacer cuándo una relación amorosa y de amistad termina, cómo manejar las emociones ante una situación de ruptura. Foto: Redes Sociales / AMEXI

El duelo en medio del contacto constante: divorcios y rupturas amistosas

Uno de los desafíos más grandes tras una separación es cuando no es posible romper el contacto con la otra persona. “Por ejemplo, en los divorcios donde hay hijos de por medio, la relación no desaparece por completo”, comenta Fernández.

“Lo mismo ocurre en entornos laborales, donde compañeros de trabajo que fueron amigos terminan distanciándose, pero deben seguir interactuando a diario”.

En estos casos, la especialista recomienda establecer límites emocionales y modificar la percepción de la relación.

“No se trata de ignorar el dolor o fingir que no pasa nada, sino de aprender a convivir con la otra persona sin que nos afecte emocionalmente”, sugiere.

El enojo y la frustración son emociones comunes en estos procesos. “Nos preguntamos: ‘¿Por qué no me quieres si yo di todo?’ Pero el amor no es una obligación. No siempre es recíproco, y aceptarlo es parte de la sanación”.

La amistad también termina. Foto: Google / AMEXI

El papel de la tanatología en la sanación emocional

La tanatología, comúnmente asociada con el duelo por muerte, también es una herramienta valiosa para procesar el fin de una relación. “La clave es resignificar el amor”, explica Fernández. “Cuando logramos transformar ese amor en algo que nos fortalezca en lugar de debilitarnos, encontramos la paz”.

Este proceso implica trabajar en la propia autoestima y entender que el valor personal no depende del reconocimiento de otra persona. “Podemos transformar la rabia en aprendizaje, la tristeza en autoconocimiento y la decepción en crecimiento. No se trata de olvidar, sino de darle un nuevo significado a la experiencia”.

“Muchas veces, el mayor obstáculo es nuestro propio ego”, agrega la experta. “Nos aferramos a la idea de que el amor debe ser correspondido porque creemos que lo merecemos. Sin embargo, el amor no se basa en la obligación, sino en la elección mutua”.

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Un mensaje de esperanza: El amor propio como base de todo

Para quienes están atravesando el dolor de una separación, Blanca Fernández comparte un mensaje de aliento:

 

“Nos enfocamos tanto en el amor hacia los demás que olvidamos el amor más importante: el amor propio. Este es el único amor que nos acompaña toda la vida y el que nos permite superar cualquier pérdida”.

“Amarse a uno mismo significa conocer nuestros límites, nuestros valores y lo que realmente necesitamos en una relación. No se trata de cerrarnos al amor, sino de aprender a vivirlo de manera más saludable”.

“El amor no se acaba, se transforma. El dolor es temporal, pero la oportunidad de reconstruirnos siempre está presente”.

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