¡Confiaaanza, que vennnndan!
Foto: Andrea Murcia / Cuartsocuro
Por Teresa Gurza
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 09 de octubre de 2019.- No sé si es por edad y mi cumpleaños que se aproxima, pero entiendo poco de lo que está sucediendo; aunque aún no llego a la conclusión de muchos, de que estábamos mejor cuando estábamos peor…
Día tras día en la mañanera y en sus giras, López Obrador asegura que la economía está de maravilla, que ha ahorrado miles de millones con los que ha beneficiado a mexicanos felices, que empresarios y pueblo le tienen confianza, y los mal portados son solo algunos conservadores y unos cuántos desorientados, a los que acusará con mamacitas y abuelos.
Pero su secretario de Hacienda, Arturo Herrera, tiene otros datos.
Y los destaca un cable de EFE sobre su comparecencia en el Senado, donde dijo “México recauda poco en impuestos porque los ciudadanos desconfían del gobierno” lo que cambiará, explicó, cuando los ciudadanos perciban que se combate la corrupción.
O sea que pese al diario machacamiento, no se han enterado.
Y tampoco han «percibido» mejoría en su bienestar, porque a dónde López Obrador llega, hay reclamos.
Herrera tiene orden de no subir impuestos, «por ahora”; pero para 2022, hará una reforma fiscal “para recaudar más, gastar menos o las dos cosas».
Pero antes, y como reacción a las descalificaciones de las calificadoras y su poca confianza en la economía mexicana, deberá según dijo, comprar confianza; porque, «cuando no se tiene credibilidad, lo que tienes que hacer es comprar credibilidad”.
No cabe duda, que ahora todo se resuelve yendo al mercado; veremos quién se la vende, a cuánto y con qué va a pagar, porque minutos antes aseguró que no hay dinero; y este lunes se informó, que la inversión cayó a niveles de hace diez años.
Sus declaraciones han sido divulgadas en varios países y el diario chileno El Mercurio, dio vuelo a su advertencia «si no cambian las condiciones del actual retraso económico, dentro de 100 años Chile será cuatro veces más rico que México».
Y el regocijo en esa nación andina se acentuó con su petición de “abordar como lo ha hecho Chile, cambios a la economía”, porque “el ingreso promedio de los mexicanos se duplica apenas cada 87 años mientras el de los chilenos, cada 19”.
La nota generó decenas de comentarios; algunos reconociendo que en Chile ha habido mejoras, “pero la torta se ha repartido de manera injusta”.
Otros expresando que los quejosos pertenecen a estratos privilegiados. “Pero si naciste en un campamento como yo, sin luz, sin alcantarillado, sin pavimento, con frío y con hambre, por Dios que hemos avanzado en una sola generación…”
Uno recordó “los pantalones se parchaban hasta que ya no les quedaba lugar donde parchar… y para qué hablar de los zapatos de la escuela, se guardaban como una joya; y en la casa se andaba a pata pelada…”
Y no faltó el pesimista “No se alegren, los chilenos NO seremos más ricos, los mexicanos serán más pobres”.
Para otro, ningún país latinoamericano podrá tener estabilidad habiendo miseria en la república vecina. «La globalización debe usarse, para copiar éxitos y evitar los errores de otros…”
Y uno más aventuró “hemos progresado enormemente y la tajada de todos ha aumentado y si todos remamos en la dirección correcta, la tajada será mayor…”
Ojalá nosotros podamos presumir grandes tajadas, cuando termine el sexenio de López Obrador; si es que algún día acaba, porque no ha cumplido un año y ya parece eterno.
Mi artículo de la semana pasada comparándolo con cangrejos y gansos –por cierto, en Chile la palabra ganso se usa para decir afectuosamente tonto- tuvo también, comentarios.
Una colega que vivió en Campeche y en Mazatlán, cerca de gansos y cangrejos, escribió:
“La casa estaba a una cuadra del malecón de Olas Altas y toda la noche escuchabas el tic-tac de los cangrejos… me di cuenta de que no caminan solo hacia atrás, sino de lado. Pero no he averiguado qué, sea peor…”
“En cuanto a los gansos era nada más llegar al patio y zas… se me aventaban como perros furiosos, valga la comparación…”
Valga también para nuestro presidente, que se va de lado en temas molestos; y se avienta de frente, para rechazar quejas porque no cumple con becas y ayudas prometidas “es que calienta que me comparen…”
¿Será por miedo a los descontentos, que su paisano el alcalde de Pichucalco Moisés Aguilar, no asiste a actos políticos y manda colocar en el presidium su foto de cartón a tamaño natural y con el puño derecho levantado?