Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 02 de mayo de 2024.- La economía de EUA se desacelera. En el primer trimestre 2024 solo creció 0.4% respecto al cuarto trimestre del 2023 y presenta un crecimiento anualizado de 1.6%. La zona euro está en recesión al igual que el Reino Unido. China enfrenta problemas económicos en sus bienes raíces y caída de sus exportaciones a EUA antes los aranceles que este país ha impuesto a sus productos. La economía mundial en este año crecerá menos que el año previo y 2025 crecerá menos que 2024, debido a que la economía estadounidense que venía fungiendo como motor de la economía mundial ha dejado de hacerlo y el problema es que la mayoría de los países no tiene manejo soberano de su política económica para impulsar el crecimiento económico.
En México, durante la campaña presidencial se ofrecen muchas promesas, sin considerar que las política monetaria y fiscal no tienen márgenes de maniobra para ello, y tampoco se toma en cuenta el entorno internacional adverso que también nos afectará. Al seguir las altas tasa de interés como lo ha señalado Banxico, seguirá el alto costo del servicio de la deuda que enfrenta el sector público, como el sector privado no financiero, y ello les reducirá su capacidad de gasto e inversión. Además, en la contienda electoral todos están a favor del balance fiscal (que implicará fuertes reducciones del gasto público en el 2025), por lo que no hay perspectiva de crecimiento y de que se cumplan las promesas que se divulgan. No hay perspectivas de que aumente la producción, por lo que seguirán los problemas de escasez de oferta que presionan sobre precios. Nadie se pronuncia por mayor emisión de deuda pública para impulsar el desarrollo tecnológico, industrial y agrícola, lo cual no sería inflacionario, debido a que se incrementaría la actividad productiva, el crecimiento económico y el ingreso nacional y con ello la recaudación tributaria que financiaría el mayor gasto público y evitaría el crecimiento de la deuda.
El escenario mundial complicado en lo económico, como en lo geopolítico, ocasionará shocks adversos en los mercados financieros y de divisas internacionales y menor crecimiento del comercio internacional, y el problema se agrava dado que la economía nacional no tiene condiciones para hacer frente a tal situación. Las candidatas y candidato a la presidencia, como la iniciativa privada apuestan al nearshoring, a la entrada de inversión extranjera directa, que supuestamente vendría a reactivar la economía, ante la inviabilidad de que la política económica interna lo pueda lograr. El problema es que, ante el panorama de desaceleración de la economía mundial y el hecho que EUA tiene política industrial y proteccionista, ¿hacia quién producirían y exportarían las empresas del nearshoring? Las inversiones se realizan si el mercado externo ofrece condiciones de crecimiento que permita realizar la producción y la ganancia inherente en ella, y ante el hecho que el comercio internacional no está creciendo significativamente y el mercado estadounidense se está protegiendo, no vendrán las inversiones esperadas del nearshoring.
La política de austeridad fiscal lleva a la economía a depender del consumo e inversión del sector privado, como del sector externo. Éste último actúa contra el crecimiento, debido a que se importa más de lo que se exporta y la producción nacional es desplazada por importaciones. La inversión del sector privado depende del crecimiento de la economía, y éste no se está dando en la magnitud para incrementar la inversión, debido a la política de austeridad fiscal. El consumo de las familias ha crecido sobre todo por el crédito y el problema es que éste tiene límites, que están en función de la capacidad de pago. Las familias tienen que pagar dichos créditos, los cuales han resultado muy caros por las altas tasas de interés, para lo cual tendrán que reducir el consumo, lo que contraerá la demanda y la actividad económica. Al seguir el bajo crecimiento del ingreso de empresas e individuos y las altas tasas de interés, los problemas de insolvencia seguirán creciendo lo que conduce a la inestabilidad financiera y a la crisis.
Ante el bajo crecimiento de la economía, y los problemas que enfrentan las finanzas públicas, las empresas y familias por el alto costo de la deuda, no se justifica que se mantenga la alta tasa de interés de Banxico, aunado a ello que no ha bajado la inflación al nivel objetivo de 3% anual. La alta tasa de interés aumenta el costo financiero de las empresas, dados sus niveles de endeudamiento y ese costo lo trasladan a los precios, por lo que sigue la inflación, a lo que se suma que se restringe la inversión, la producción y sigue la escasez de productos que presiona sobre precios.
No hay posibilidades de que se mantenga el superpeso, debido a que éste se ha sostenido con entrada de capitales, la cual ha resultado muy cara, pues ha sido a costa de no tener política para el crecimiento y además, dichos flujos de capital no estarán presentes como en los años anteriores, dada la problemática económica mundial y nacional y la economía nacional no tiene condiciones internas para mantener la apreciación del tipo de cambio.