Por Humberto Musacchio
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de febrero de 2025.- Creo que fue don Luis Cardoza y Aragón quien, refiriéndose a los muralistas, dijo: “Los tres grandes son dos: Orozco”. Algo semejante se puede decir de lo dispuesto por el artículo 49 de la Constitución: los tres Poderes de la Unión son dos: el Ejecutivo… y párenle de contar. De ahí que importe poco lo que vaya a suceder con el Poder Judicial, sobre todo si el Legislativo se mantiene como tapete del Ejecutivo, más del anterior que del actual.
Se dirá que esa manera de ver la actualidad política es una caricatura. Y sí, lo es, porque así la están dibujando los responsables de conducir el país, ocupados, que no preocupados, por lo que resulte de sus ocurrencias, fobias, desplantes y su desprecio por la institucionalidad creada a lo largo de dos siglos a un costo incuantificable en vidas y recursos económicos.
Barrer con el Poder Judicial para complacer al tlatoani, donde quiera que esté, abre la puerta para que los políticos sigan poniendo en los tribunales a sus criados para cubrirse las espaldas y los bolsillos. El absurdo proceso de elección, que no selección, propicia que las mafias ya no tengan que comprar un fallo, pues tendrán muchos jueces a su servicio.
Pero nada de eso importa si así se rinde tributo al santón de la iglesia cuatroteísta, a quien no se ha visto en Palacio ni en su finca de ingrato nombre, porque todo indica que está en Cuba, según conjetura el siempre informado Carlos Lucio Acosta, autor y editor de Columna 33, basado, entre otras fuentes, en una conversación con Carlos Calvo, quien fuera jefe de escoltas de Fidel Castro y ahora habitante de Florida.
Dice el colega: “Todo parece indicar que Obrador vive en Cayo Piedras, dos pequeñas islas de un kilómetro y medio de largo, ubicadas en la costa sur de Matanzas. Cuenta con piscina de agua dulce, muelle, restaurante, pista para helicóptero, planta eléctrica y habitaciones para cocineros, guardaespaldas, soldados, mecánicos y electricistas.
“¿Se oculta Obrador en la lujosa isla de Castro Ruz? Todo hace suponer que sí.
“Lo cierto es que el 14 de enero del 2025 sostuvo reunión urgente en Palacio Nacional de 7:30 a 11:30 de la noche con la plana mayor de sus principales colaboradores y de allí salió escoltado por militares para abordar un avión de la Secretaría de la Defensa Nacional que lo conduciría a Cuba”.
Lo anterior, concluye el periodista, “explica el envío a la isla de buques cisterna cargados con petróleo, diésel, gasolina, gas doméstico y el pago a mil 100 médicos cubanos”. ¿Pago por el hospedaje o por mera solidaridad? Algún día lo sabremos.
Lo destacable es que, no obstante el tiradero y la inmensa deuda pública que dejó en México, la influencia de AMLO se deja sentir en proyectos irresponsables como la mal llamada reforma judicial o en los malabares que hace Claudia Sheinbaum para concluir las obras emblemáticas del sexenio pejista y, al mismo tiempo, para tratar de hacerle frente a las mafias y a sus interminables matanzas sin contradecir el mantra de “abrazos, no balazos” o, con el erario en la miseria, cubrir los agujeros que dejó el antecesor en salud, educación y otras materias.
El insistente culto que se rinde a López Obrador permite suponer que sus órdenes no se discuten, así sean una soga que aprieta el cuello del actual gobierno. Eso explica que siga Rosario Piedra en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con todo y que fue la peor calificada de cuantos compitieron por el cargo. La sombra de AMLO es un manto que se tiende para proteger a funcionarios como Francisco Garduño, responsable por el asesinato de 40 migrantes, a quien se mantiene al frente del Instituto Nacional de Migración, pese a que hace semanas Claudia Sheinbaum nombró como director a Sergio Salomón Céspedes, al que no han dejado tomar posesión.
Pero lo más dramático es que siga adelante la arbitraria y atrabiliaria demolición del Poder Judicial, con el señor Fernández Noroña en función de capataz de la hueste morena, mientras Donald Trump sigue escupiendo sobre nuestra soberanía y cada día, aquí, se insulta y difama a quienes discrepan del presente gobierno. Vivimos un momento crítico: habrá que ver si las órdenes salen al fin de Palacio o siguen llegando de Cayo Piedras.