¡A sus órdenes, mi general Gallardo! + Última entrevista

Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 03 de mayo de 2021.- En estas horas tristes que continuarán por un buen tiempo, a pesar de reaperturas y vacunación, muere uno de los hombres más rectos, decididos y transformadores del México actual, el general José Francisco Gallardo Rodríguez.

Egresado del Colegio Militar, en el que entró a los 15 años, llegado de su natal Atotonilco, el Alto, Jalisco, se graduó con honores en 1962. Llegó a general brigadier.

Pero sus ambiciones eran varias y por eso ingreso a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM- donde posteriormente dio clases hasta ahora- para hacer una maestría en Administración Pública, cuyo título era un desafío a las fuerzas armadas: La necesidad de un ombudsman militar en México. En síntesis, que hubiera real justicia en dicha corporación en la cual los mandos son exonerados de todo y los soldados castigados en exceso.

Una parte del texto lo publicó en 1994. La revista Fórum que dirigía el comunista Eduardo Ibarra Aguirre fue la única que se aventó el tiro, para decirlo con lenguaje popular y claro.

De inmediato fue detenido Gallardo Rodríguez y pasó en la cárcel nueve años, hasta que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego de un kafkiano juicio donde se le acusó de malversación de fondos, quema de archivos, fraude, injurias y hasta enriquecimiento ilícito- un individuo de haberes muy limitados-, hizo que se le declarara Preso de Conciencia.

Se le liberó pero jamás se reparó el daño ni se le retiraron los cargos, lo que mostraba el poder del ejército y la ineptitud de la justicia mexicana, más la prepotencia de los políticos que estaban coludidos con los verdes.

No se ha dicho que Ibarra Aguirre, el director de Fórum y hoy autor de la columna Utopía, padeció durante años acoso por varios lados, desde el judicial hasta el espionaje y la afectación a él y su familia. Pocos defendieron entonces y ahora la libertad de expresión y circulación de la revista.

Gallardo salió gallardamente para insistir en sus tesis: que los militares sean juzgados por tribunales civiles y no por sus pares con el fin de evitar el encubrimiento y que existan sanciones justas a la tropa.

Además, ya como asesor del grupo de Morena en el Senado, planteó la necesidad de una auténtica Guardia Nacional, dándoles armas a los pobladores que son agredidos por los narcos, las trasnacionales y en ocasiones por funcionarios; que las verdaderas autodefensas actúen para evitar que trasnacionales y maleantes hagan de las suyas, y que debe haber una inteligencia profunda en el ejército para que no estemos en manos de la DEA o las diversas corporaciones internacionales (Mossad, entre otras).

No se le hizo caso.

Cuando el asunto de Salvador Cienfuegos, José Francisco señaló que había muchos infiltrados en el ejército que colaboraban con el enemigo, por lo que se requiere un saneamiento de la institución que ahora está en muchas partes al mando de funciones diversas.

La mal utilización del ejército viene desde el sexenio de Miguel de la Madrid, dijo Gallardo Rodríguez, por la Operación Cóndor. Época en que creció grandemente el cártel de Sinaloa, con Rafael Caro Quintero- hoy libre- a la cabeza, cuyos amigos gozaban de fuero por sus credenciales de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) de la secretaría de Gobernación. Luego vino la explosión de grupos criminales.

El rancho El Búfalo, con miles de hectáreas sembradas de mariguana. El caso de Irán- Contras con grupos delictivos mexicanos en Veracruz. El asesinato de Manuel Buendía, investigación en la que participé y vi campos enormes de “color verde mariguana” (Joaquín Sabina), el cual calificó el maestro Miguel Ángel Granados Chapa como el asunto más emblemático del narco que mata un periodista. El despliegue en Aguililla y el derribo de helicópteros por el CJNG y demás, son una prueba clara de la visión de José Francisco Gallardo Rodríguez.

Debemos seguir su ejemplo y no claudicar en su lucha por México. Se necesita un gran homenaje de la UNAM y de ser posible en el ejército.

  1. Tuve un cuñado valientísimo que fue expulsado del Colegio Militar por hacer una huelga de hambre. Gracias por el ejemplo.

jamelendez@gmail.com

@jamelendez44

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