Golpe en Bolivia y lecciones para México

Foto: Eduardo Verdugo / AP

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de noviembre de 2019.- En sus 13 años de gobierno, Evo Morales Ayma, redujo la pobreza de 60 por ciento a 34 por ciento,  en ese lapso el PIB creció 4.9 por ciento en promedio anual,  abatió el analfabetismo, empoderó a los indígenas, expulsó a muchas empresas extranjeras que depredaban la economía de su país, echó a la DEA que hacía operaciones aparentemente contra el combate al narcotráfico, promulgó una constitución que posibilitó la autonomía de 36 pueblos indígenas que por primera vez tuvieron representación legal, encauzó con éxito el combate a la cocaína, no obstante que él venía de una zona cocalera,  y logró que su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS) logrará la mayoría en las pasadas elecciones.

             El periódico inglés: The Guardian en 2014 escribió: “Evo Morales ha demostrado que el socialismo no daña la economía”. Antes al contrario,  puede darle un jalón magistral como lo demostró el caso boliviano.

            Cometió el pecado de querer reelegirse por cuarta vez, algo que le trajo graves y definitivos problemas, no obstante que incluso dijo que renunciaría para dar paso a nuevas elecciones. Pero el daño ya estaba hecho y se juntaron los sectores blancos,  aristócratas y  católicos a la policía que siempre ha tenido un rol protagonista y ambiciones de poder y al   el ejército, donde el general, William Kalimán (como si fuera radionovela mexicana) le pidió la renuncia a su jefe, Evo Morales.

            Obviamente los Estados Unidos financiaron este golpe de estado, ya que desde antes senadores como Marco Rubio, Bob Menéndez y Ted Cruz promovieron sanciones contra el boliviano. Y la reacción inmediata de Donald Trump, alegrándose de la renuncia presidencial, y amenazando a Venezuela y Nicaragua es una manifestación clara de que tratan, luego de los reveses en Argentina, con la ascensión de Alberto Fernández, y en Brasil, tras la liberación de Luis Inacio Lula da Silva, de intentar “meter al orden” a quienes consideran las ovejas negras de su rebaño.

            La OEA, con Luis Almagro, tan presta a condenar  los golpes de estado, aunque ausente de críticas a Sebastián Piñera en Chile y Lenin Moreno en Ecuador por la represión que llevan a cabo, se reunió hasta el martes 12  con el fin de analizar  con “serenidad y paciencia”, como dice Kalimán, qué realmente ocurrió en Bolivia, donde por cierto, miles de jóvenes de las poblaciones de El Alto y La Paz, han expresado: “Ahora sí, la guerra civil”.

            Contra la posible masacre de la gente, la cual desde hace tiempo ha sufrido agresiones, persecuciones y hasta quema de casas, es por lo que renunció Evo, quien prometió volvería a su nación con más fuerza.

            Para el analista Ricardo Ragendorfer, “El invento más eficaz que se le puede atribuir al capitalismo es la fabricación de pobres de derecha”, algunos de los que han contribuido a esta nueva acción antidemocrática (José Luis Ángeles Boleaga, tomado de Nuevareanet.com).

            Agregó el hijo de suizos, nacido en Bolivia pero afincado en Argentina, que con esta experiencia se acabó con los golpes de estado blandos, como en los casos de Fernando Lugo en Paraguay y Dilma Rousseff en Brasil, y pasamos, nuevamente, a donde participa la derecha, policías y militares, junto con el Imperio Norteamericano. Dijo que hizo muy bien Evo en dimitir ya que la capacidad de fuego de la derecha   hubiera cometido una matanza descomunal.

            Sólo unos cuantos ultras estuvieron en contra del asilo a Morales.  Fue el caso patético de Marko Cortés, dirigente del PAN (Martha Anaya, 12 de noviembre, El Heraldo) y de la supuesta actriz Laura Zapata. Pero incluso José Ramón Cossío, Jorge Castañeda, Patricia Mercado y Alejandro Hope, adversarios de López Obrador, aceptaron  la medida (Emilio Lezama, El Universal, 12 de noviembre).

            Las lecciones para México son múltiples: no imponer  a toda costa determinadas acciones, organizarse para los embates actuales y próximos de la derecha, buscar el crecimiento económico serio, no enfrentarse  con aliados y organizaciones sociales, cuidar las relaciones con todo mundo y  tratar de no dividir en exceso.

            Buen punto el de Ricardo Monreal que intentó  buscar una nueva votación para que la elección del próximo  Ombudperson, aunque no logró su cometido. Mal que la señora Polevnsky busque a toda costa hacer de Morena un feudo personal y no una organización de cuadros. Necesario cuidar la relación con el ejército. Bien que ya existan proyectos con la iniciativa privada para el 2020, donde se invertirán, en principio,  158 mil millones de pesos. Y no al Bonillazo en Baja California.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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