Nacionalismo de derecha

Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de abril de 2019.- ¿Alguien recuerda que hoy es Viernes de Dolores? Es el día en que debiera iniciar la expiación, por eso he de reconocer que durante algunos meses creí orinar fuera de la bacinica en materia de análisis político referente a las pretensiones, supuestas o reales, de AMLO y su sitial en la historia. Equivocadamente “me” construí la hipótesis de que era un quintacolumnista del neoliberalismo. ¡Vaya error! Es un buen gobierno de izquierda que apuntala la economía de derecha.

     Nada hay más coherente que el camino por él elegido para llevar a sus gobernados a la 4T. Lo recorre de acuerdo a una estrategia por él establecida, y por los pasos contados. No quiere sorpresas, porque necesita asegurar el resultado por él previsto, aunque hasta el momento lo considere inseguro.

  1. El 17 de marzo último la información en redes consigna: Desde Palacio Nacional, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, declaró el fin de la política neoliberal, esa pesadilla que prevaleció en México durante 36 años. Quedan abolidas dos cosas, sentenció al clausurar el Foro Planeando Juntos la Transformación de México: el modelo neoliberal y su política de pillaje antipopular y entreguista.
  2. El 20 de marzo último da cuenta sin embargo: El Presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó esta mañana que se reunió ayer por la noche con Jared Kushner, yerno y asesor del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aseguró que en la reunión se avanzó en la posible firma del acuerdo de cooperación para el desarrollo de Centroamérica y el sur de México, y
  3. El último 25 de marzo El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que envió cartas al Rey de España Felipe VI y al papa Francisco, para que se pida perdón a los pueblos originarios de México por los agravios y abusos registrados durante la época de la Conquista; comentó que se debe reconocer el saqueo colonial de los recursos naturales, y que el propósito no es resucitar esos diferendos.

     Es el regreso a un nacionalismo similar al que propone Donald Trump a sus electores, que nada tiene que ver con la idea de patria y el sentido de pertenencia. ¿Cabe en el mundo, siendo vecinos de Estados Unidos? Quizá la respuesta nos la ofrece Timothy Snyder en Sobre la tiranía.- Veinte lecciones que aprender del siglo XX.

     Anota en la página 138 -se refiere a Estados Unidos-: “El presidente es un nacionalista, que no es en absoluto lo mismo que un patriota. Un nacionalista nos anima a ser la peor versión de nosotros mismos, y después nos dice que somos los mejores. Un nacionalista, aunque está permanentemente rumiando sobre el poder, la victoria, la derrota, la venganza, como dijo Orwell, tiende a no sentir el mínimo interés por lo que ocurre en el mundo real. El nacionalismo es relativista, dado que la única verdad es el resentimiento cuando contemplamos a los demás”.

     Ahora que acepto mi error, me percato que la frase final de La víspera del trueno puede resultar profética: El remedio ¿peor que la enfermedad?

@OrtegaGregorio

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